Para lograr el desarrollo sostenible del Perú, el Presidente Vizcarra definió la política de gobierno bajo 5 lineamientos:
La gestión del agua está en manos de la Autoridad Nacional del Agua, adscrita al Ministerio de Agricultura y Riego, a cargo de la ministra Fabiola Muñoz Dodero, vinculada al sector desde hace 18 años. Asumió el encargo recientemente el 11 de marzo; luego de dirigir el Ministerio del Medio Ambiente.
Ella ha expresado algo sumamente importante y trascendente: ‘Para lograr los cambios que necesitamos, hemos tomado la decisión de implementar la Política Nacional de Modernización de la Gestión Pública. (…) Queremos invertir en fortalecer capacidades, no sólo a través de mejorar el conocimiento, sino especialmente a través del fortalecimiento de competencias en diferentes niveles. (…) Hemos anunciado la reestructuración del Ministerio, cuyo objetivo principal es organizarnos mejor para servir mejor. (…) Vamos a poner especial énfasis en los cursos de ética en la función pública.’
A anunciado su propósito de crear el Vice Ministerio de Agricultura Familiar[1]: ‘Después del sector minero, somos el sector que más divisas genera a nuestra economía a través de la agro exportación; sin embargo, poco o nada hemos logrado posicionar en la ciudadanía y en los tomadores de decisión la importancia de nuestra Agricultura Familiar, pieza clave en la seguridad alimentaria de nuestro país.’ Y donde es mayoritariamente la participación de la mujer rural, tema en el que la Ministra ha subrayado: ‘Debemos romper viejos paradigmas en el tema de género; debemos contribuir con la sociedad que la mujer sea libre y decidir. Necesitamos la paridad, donde la mujer acceda a espacios donde nunca ha estado y tenga poder de decisión.’
‘Necesitamos fortalecer nuestro trabajo con la sociedad civil y además, especialmente con los gobiernos regionales, lo cual nos permitirá seguir avanzando hacia la consolidación de un país unitario pero a la vez descentralizado.
Como gobierno se ha puesto énfasis en la lucha contra la deforestación y como sector rector en lo forestal, ésta debe ser una de nuestras principales banderas. La agricultura no tiene que crecer a costa del bosque, es perfectamente posible trabajar bajo un enfoque de gestión integral del territorio y convivir, promoviendo una agricultura climáticamente inteligente, más competitiva y sin deforestar.
Tenemos además la enorme responsabilidad y el reto de lograr el uso eficiente del agua, además de lograr que nuestros pequeños agricultores accedan a riego, uno de los anhelos más postergados para esos miles de hombres y mujeres de nuestra agricultura familiar. Siembra y cosecha del agua debe seguir siendo una prioridad, pues sin agua no hay vida ni agricultura posible.
Creo que podemos transformar el sector agrario de nuestro país, sigamos trabajando con pasión, compromiso y energía por nuestro querido país; pongamos siempre al ¡Perú Primero!’
Mensaje importante de Fabiola Muñóz, cuya voluntad de cambio –al igual que del Presidente de la República— enfrenta una natural resistencia en los sectores conservadores del país. Pero los tiempos cambian y las ideas y la práctica también, inevitablemente.
[1] Son seis millones de peruanos ligados a la agricultura y al mundo rural. Y de ellos, el 47% vive en extrema pobreza. El 60% de la zona rural tiene anemia y cerca del 80% no cuenta con electricidad, agua y otros servicios básicos.