El presidente de Bolivia, Evo Morales, ha viajado este jueves a la localidad de Cliza, en el departamento de Cochabamba, para conocer de primera mano la precaria situación en la que han quedado sus habitantes, después de los importantes daños que han sufrido sus hogares y sus tierras tras las persistentes lluvias que siguen cayendo en varias zonas del país.
"Vivimos momentos difíciles por el tema de los desastres naturales", ha afirmado Morales, quien ha asegurado que las más de 1.000 familias damnificadas recibirán de manera "inmediata" las ayudas que precisan para reconstruir sus viviendas y comunidades.
"No puede ser que haya inundaciones y se queden sin casa. Ójalá en pocos meses podamos entregarles nuevas viviendas", ha dicho ante los vecinos de Cliza, una de las zonas más afectadas por el temporal, después de que las fuertes lluvias desbordasen un río próximo a esta localidad, tal y como ha apuntado el diario boliviano 'La Razón'.
Según ha comunicado Protección Civil, en Cochabamba, en el centro de Bolivia, casi 4.000 familias se han visto perjudicadas por las crecidas de los ríos y las inundaciones que se han producido en diferentes puntos de este departamento, como en Puerto Villarroel o Villa Tunari.
Balance provisional
Las fuertes lluvias no solo han afectado al departamento de Cochabamba, sino también a La Paz, en el noroeste, y a Beni, en el norte. El último informe de Protección Civil indica que en todo el país un total de 24.036 familias han perdido sus hogares por el temporal, 4.352 hectáreas de cultivos han quedado inundadas, y 44 personas han fallecido, aunque estas cifras pueden aún aumentar.
En cuanto a la labor del Gobierno, hasta ahora se han distribuido más de 100 toneladas de alimentos y ayuda humanitaria por las distintas regiones, además de haberse invertido tres millones de dólares para la reconstrucción de las viviendas y otros 3,5 para indemnizar a los agricultores y productores de alimentos.
