Un Planeta en ebullición

El Centro Europeo de Previsiones Meteorológicas en Medio Plazo (ECMWF, por sus siglas en inglés) constató que julio de 2023 fue el mes más cálido en el mundo desde 1940, cuando se registraron las tres semanas más calurosas desde que se tienen registros.

La Organización Mundial de Meteorología (WMO) y el Servicio Europeo Climático Copernicus calificaron este evento como sin precedentes y notable, lo que significa que no es algo ordinario y merece una atención especial.

La preocupación de los científicos no es el aumento del calor en sí mismo, sino el papel que tienen estas temperaturas en la generación de "eventos climáticos extremos", cada vez de mayor gravedad

Temperatura del aire en la superficie promediada globalmente del 1 al 23 de julio para todos los meses de julio desde 1940 hasta 2023. Veintitrés días representan la cantidad de días en julio de 2023 para los cuales los datos de ERA5 están disponibles. Los tonos de azul indican años más fríos que el promedio, mientras que el rojo muestra años que fueron más cálidos que el promedio. Datos: ERA5. Crédito: C3S/CEPMP. Fuente: El Tiempo

Ante estos datos, el Secretario General de Naciones Unidas, António Guterres, hizo unas declaraciones que para mi son una de las más importantes de las realizadas en 2023. En julio dio por terminada "la era del calentamiento global" y declaró "la llegada de la era de la ebullición global".

En rueda de prensa en la sede de la ONU en Nueva York, Guterres culpó a "los humanos". "Los datos son consistentes con las predicciones y los continuos avisos. La única sorpresa es la lentitud a la hora de reaccionar".

Por eso, Guterres pidió a las grandes economías del G-20 que aceleraran la reducción de emisiones contaminantes. "Basta de esperar a ver qué hacen los demás. ¡No nos queda tiempo!", les recriminó.

¿En qué se diferencia el cambio climático de la era de la ebullición global?

Aunque ambos términos pudieran parecer similares y tan solo se diferenciasen por un juego de palabras para llamar la atención sobre la gravedad del problema. lo cierto es que se trata, además, de conceptos diferentes.

El cambio climático es la modificación de la temperatura y del clima a lo largo del tiempo. Sabemos que la Tierra se mantiene en constante evolución y que existen procesos de cambio climático de origen natural si bien en la actualidad utilizamos este concepto para referirnos principalmente al cambio climático que ha sido causado por el hombre y que está acelerando estos procesos.

Por otro lado, el concepto de era de la ebullición global se refiere a un periodo histórico caracterizado por temperaturas excepcionalmente altas nunca antes vistas. Aún no sabemos cuánto va a durar dicha era, pero según las proyecciones realizadas, seguirá aumentando si no se toman decisiones de cambio cuanto antes.

Así pues, la diferencia entre cambio climático y la era de la ebullición global radica en que el primer término hace referencia a un proceso que puede ser natural o antropogénico, mientras que la era de la ebullición global hace referencia a un espacio de tiempo determinado en la historia

No se trata de un tema menor ya que las consecuencias de la "Era de la Ebullición Global" impactan directamente sobre las personas, la biodiversidad y, por supuesto, sobre la economía.

¿Cómo impacta la Era de la Ebullición Global?

Un aumento de 1.5 °C de la temperatura atmosférica, aunque pueda parecer insignificante, supone un punto de inflexión que haría aumentar el riesgo de incendios, sequías y otros desastres naturales.

Algunas de las consecuencias del cambio climático. Fuente: Los Tiempos

Este incremento acelerado de las temperaturas implica una serie de impactos, aquí algunos de los más importantes:

Pérdida de Biodiversidad: Las especies enfrentan dificultades para adaptarse a cambios tan extremos, lo que puede resultar en una pérdida significativa de biodiversidad. El cambio climático ha transformado los ecosistemas marinos, terrestres y de agua dulce en todo el mundo. Ha provocado la pérdida de especies locales, el aumento de enfermedades y ha impulsado la mortalidad masiva de plantas y animales, dando lugar a las primeras extinciones provocadas por el clima.
Pérdida de Resiliencia Ecosistémica: Los ecosistemas naturales tienen dificultades para adaptarse a cambios rápidos y drásticos, lo que los hace más vulnerables a escenarios futuros que impliquen cambios acelerados.
Inseguridad Alimentaria: El aumento de las temperaturas conduce a sequías que amenazan los sistemas de agricultura que sustentan la alimentación global. El cambio climático plantea importantes retos para la seguridad alimentaria global. Los cambios a largo plazo que afectan a la temperatura, la humedad, las pautas de precipitaciones y la frecuencia con la que se producen los fenómenos meteorológicos extremos afectan ya a las prácticas de explotación agrícola, las cosechas y la calidad nutritiva de los cultivos destinados a la alimentación.
Aumento de Incendios Forestales: El aumento de las temperaturas aumenta la probabilidad de incendios forestales, que pueden devastar vastas áreas naturales e incluso poner en peligro a las comunidades. Esto ha sido especialmente evidente en el norte de África y el sur de Europa. Cada vez son más frecuentes paisajes más secos y calurosos que son más susceptibles a quemarse y, además, con más severidad, lo que incrementa el riesgo de grandes incendios forestales, también llamados "megaincendios" o incendios de sexta generación. El número de días con riesgo extremo de incendios ha aumentado en todo el mundo (CSIC).
Comunidades Vulnerables a los Fenómenos Extremos: Las lluvias intensas y las sequías extremas causadas por desequilibrios climáticos afectan e impactan de manera más acusada sobre las comunidades más vulnerables, los daños son mucho mayores que los que sufren otro tipo de colectivos.
Calentamiento de los Océanos: Este fenómeno afecta al ciclo del agua y pone en peligro las especies marinas y las industrias relacionadas. A medida que un exceso de calor y energía calientan el océano, el cambio en la temperatura lleva a unos efectos progresivos sin precedentes, que incluyen el deshielo de los polos, el aumento del nivel del mar, olas de calor marinas y acidificación del océano.
Golpes de Calor: Las altas temperaturas representan un riesgo para la salud, especialmente para las personas vulnerables como los ancianos y los niños. Las olas de calor son períodos de clima inusualmente caluroso, que suelen durar 2 días o más, fuera de los promedios históricos de un área determinada. Las olas de calor han ocurrido en el pasado, pero el cambio climático está haciendo que las olas de calor sean más largas, más extremas y frecuentes. Es probable que el empeoramiento de las olas de calor aumente el número de enfermedades y muertes relacionadas con el calor.

Y además, hay que añadir una serie de efectos socioeconómicos debidos al cambio climático:

Efectos socioeconómicos del cambio climático. Fuente: CIDHMA

La crisis climática también es una crisis del agua

El agua y el cambio climático están estrechamente vinculados. El cambio climático afecta al agua de maneras complejas: desde cambios en los patrones de lluvia, que se hacen cada vez más impredecibles, hasta la reducción de las capas de hielo, el aumento del nivel del mar y de su temperatura, inundaciones y sequías, la mayoría de los impactos del cambio climático se reducen al agua (United Nations Water).

El cambio climático está exacerbando tanto la escasez de agua como los peligros relacionados con ella (como inundaciones y sequías), a medida que el aumento de las temperaturas altera los patrones de precipitación y todo el ciclo del agua (UNICEF).

Limitar el calentamiento global a 1,5°C en comparación con 2°C reduciría aproximadamente a la mitad la proporción de la población mundial que se espera que sufra escasez de agua (IPCC).

La calidad del agua también se ve afectada por el cambio climático, ya que se prevé que el aumento de la temperatura del agua y las inundaciones y sequías más frecuentes exacerben muchas formas de contaminación del agua, desde sedimentos hasta patógenos y pesticidas (IPCC) .

El agua es crucial para la salud, la alimentación, el bienestar y el progreso de la población, la igualdad entre mujeres y hombres, el equilibrio de los ecosistemas, el desarrollo de la acción climática… y, sin embargo, el agua es el recurso más castigado por el calentamiento global.

Debemos ser ambiciosos y poner el agua en el centro de todos los esfuerzos que tenemos que hacer para abordar la crisis climática si queremos tener un Planeta con futuro.

La esperanza en un futuro sostenible

La situación es crítica, sin duda la crisis climática es el mayor reto al que nos enfrentamos y 2024 debería ser un año clave si se comienzan a materializar los acuerdos que tuvieron lugar en la última Cumbre del Clima, la COP 28, celebrada en Dubai.

No se trata de alarmar o generar miedo a lo que está por venir o a lo que ya estamos sufriendo, lo que menos necesitamos y se ha visto que no surte el efecto deseado es lanzar mensajes catastrofistas que generen terror y nos lleven a la parálisis y a la resignación a un futuro apocalíptico, pero sí es necesario tener la información para comprender la gravedad de los problemas e impactos derivados de esta nueva "Era de la Ebullición" y sobre todo, para trabajar y abordar el mayor desafío global que tenemos como humanidad.

Nadie debería ser ajeno a esta realidad que nos va a afectar a todos, por eso es importante tomar conciencia para actuar. Abordar la emergencia climática es una tarea urgente. Debemos unirnos todos, desde los gobiernos, instituciones, empresas, academia y sociedad, y buscar soluciones para mitigar los efectos de la Era de la Ebullición Total

El caos climático es una realidad que no podemos ignorar y para cambiar el rumbo se necesitan medidas concretas encaminadas a proteger a las generaciones futuras.

Es tiempo de acelerar la acción porque el reloj climático avanza en nuestra contra

Un futuro sostenible y en equilibrio con la naturaleza es posible, no debemos perder la esperanza, pero es necesaria una acción global sin precedentes. Los seres humanos deberíamos poder decidir nuestro futuro pero, ¿estamos dispuestos a cambiar el rumbo y todo lo que ello implica?. El tiempo nos dará la respuesta.